miércoles, 30 de junio de 2010
Estoy agradando a Dios con mi ofrenda ?
Estoy agradando a Dios, con mi ofrenda ?
Ofrenda: Regalo o favor en señal de gratitud. ( Algo que se debe ofrecer )
Genesis 4; 3-4
Y aconteció que andando el tiempo, que Caìn trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehovà.
Y Abel trajo también de los primogénitos de las ovejas, de lo mas gordo de ellas. Y mirò con agrado a Abel y su ofrenda.
Dios conoce las intenciones del corazón y ve mas allà que lo que nuestros ojos carnales puedan ver. Tal vez en nuestra humanidad nos digamos; Pero si los dos trajeron ofrenda, Cain del fruto de su trabajo ( agricultor) y Abel de su trabajo ( Pastor de ovejas )
¿Pero las actitudes con las que ofrendaron, seria la misma ?
Demos un vistazo a ver que fuè lo que sucedió con Caìn.
Si leemos los versículos 5,6,7 de Genesis 4, vemos que Dios no mirò con agrado la ofrenda de Caìn, porque Caìn tenia un corazón malo, que no era inclinado a hacer bien( v.7). El tomò del fruto de su trabajo, lo primero que le vino a mano, no fuè cuidadoso en lo que escogió. Tal vez el estimulo de Caìn era llevar una ofrenda, por su arduo esfuerzo, era como pretender agradar a Dios por sus buenas obras, esfuerzos y justicia propia.
En el libro de Leviticos capitulo 1; 3 y 10, podemos leer que Dios pedia una ofrenda perfecta. ( Cuando sucedió el acontecimiento de las ofrendas de Caìn y A bel, todavía no se había escrito Leviticos, pero Dios siempre ha sido y será un Dios Santo )
Nuestra ofrenda a Dios debe ser una voluntaria y perfecta con un corazón sincero y humillado ante Dios, limpio atravez de la sangre de Cristo.
Veamos que sucedió con Abel:
Y mirò con agrado a Abel y su ofrenda.
Abel ofreció su ofrenda con fè, ofrecía con la mirada puesta en la voluntad de Dios. Y en la gloria de Dios como objetivo final. ( Hebreos 11; 4 )
Abel experimentaba la relación pura con Dios, reconociendo que en èl no hay meritos validos para ser agradable a Dios y apela a un sustituto inocente, ofreciendo lo mejor de sus ovejas, lo cual es símbolo de nuestro Señor Jesucristo.
Mientras Caìn lo hacìa para seguir la corriente y no por fè y hacì le resultaba en pecado. Abel era humilde y contrito, mientras Caìn altivo y complaciente dentro de èl moraba la autoconfianza.
Meditemos acerca de lo que le estamos ofreciendo al Señor como ofrenda y servicio. ¿ Es producto de nuestras manos para vanagloria o es fruto del Espiritu Santo para su gloria ?
Que con la ayuda de Dios y su Espiritu Santo podamos ser como Abel que reconozcamos nuestra bajeza y acudamos a aquel ( Jesucristo ) que limpia nuestros pecados y despojémonos de ese Caìn que desea que le reconozcan su trabajo, robándole la gloria a Cristo.
Que todo lo que le demos a Dios, sea tiempo, servicio, talentos, todo sea de corazón, voluntariamente y en humillación a El. Pues al humilde Dios lo enzalsa pero el que se enzalsa Dios lo humilla.
Dios les Bendiga!
Con Amor: Blankita Marrero
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