viernes, 13 de mayo de 2016

En el huerto de Getsemaní


Viernes 13 Mayo

Llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Mateo 26:36

Comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte.
Mateo 26:37-38

🌷En el huerto de Getsemaní 🌷

Jesús estaba allí, en el huerto de Getsemaní, la víspera de su arresto. En medio de un terrible combate espiritual, oró intensamente, y “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). ¿Fue en ese momento cuando expió nuestros pecados? No, esto tendría lugar en la cruz.

En aquel huerto anticipó lo que serían para él los sufrimientos de la cruz: llevar sobre sí nuestros pecados, ser castigado por Aquel en quien siempre había confiado. Ese sufrimiento extremo, esos clamores y esas lágrimas muestran las profundidades de su alma “muy triste, hasta la muerte”.

En la comunión con Dios, el Señor consideró por anticipado todo lo que iba a sufrir. Como era un hombre perfecto, rechazaba la idea de ser identificado con el pecado, pero eso era necesario para el perdón de los pecados, y esa era la voluntad de Dios. La expiación de nuestros pecados fue efectuada en la cruz, durante las horas de tinieblas. Pero en Getsemaní el Señor aceptó, por sumisión y amor, lo que iba a cumplir en la cruz.

Cuando, por la gracia de Dios, una persona se arrepiente, comprende un poco cuán horroroso es ante Dios su pecado, pero no puede hacer nada para borrarlo.

El Señor, quien no tenía falta alguna, siguió su camino hasta la cruz; sufrió todo el juicio que merecían nuestros pecados.

Ante una justicia así y un amor tan grande, guardamos silencio y adoramos.
Devocional La buena semilla


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