lunes, 23 de mayo de 2016

Tiene cita...


Lunes 23 Mayo

Prepárate para venir al encuentro de tu Dios. Amós 4:12

Como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 2 Corintios 5:20

«Mamá, ¿podrías pedirme una cita con el dentista? La quiero el miércoles por la tarde o el sábado en la mañana». Enseguida hice lo que mi hijo me pidió. Pero al día siguiente me dijo que más bien le pidiera la cita una semana más tarde, porque había cambiado de planes...

En la vida todos pedimos citas. Anotamos los días y las horas, desplazamos o anulamos si es necesario. Con algunas semanas o meses por adelantado, las páginas de la agenda se van llenando, y esto parece durar indefinidamente. Pero llegará un día a partir del cual permanecerán blancas, el día de la última cita de nuestra existencia terrenal. Dios ya fijó la fecha, ¡y no hay número o dirección de correo electrónico para anularla! Ese día, el cuerpo de cada persona volverá al polvo, y su alma a Dios, quien la creó (Eclesiastés 12:7).

¿Ha pensado usted en esa cita de su alma con Dios? Es preciso pensar en ello desde hoy, pues de esto depende su futuro eterno. Si comparece ante Dios sin haber solucionado la cuestión de sus pecados, ya no habrá marcha atrás, pues Dios es santo y no puede recibirle en ese estado. El que durante su vida en la tierra no se arrepiente de sus pecados, pasará la eternidad lejos de Dios, en los tormentos eternos.

Pero si usted depositó su confianza en Jesucristo y aceptó en su corazón su sacrificio, sus pecados son perdonados. A partir de ese momento está reconciliado con Dios y el cielo le es abierto.

¡No espere que sea demasiado tarde para prepararse para encontrar a Dios!

Devocional La buena Semilla

jueves, 19 de mayo de 2016

Grandes obras de la literatura

19 may 2016
♥ Grandes obras de la literatura ♥

Joe Stowell

Salmo 119:97-104
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca (v. 103).

Hace poco, leí un artículo sobre qué es una gran obra de la literatura, que decía: «Te cambia. Cuando terminas de leer, eres una persona diferente».
Según esta definición, la Palabra de Dios siempre entrará en la categoría de las grandes obras de la literatura. Su lectura nos desafía a ser mejores. Las historias de sus héroes nos estimulan a ser valientes y perseverantes. Los libros sapienciales y proféticos nos advierten del peligro de seguir nuestros instintos pecaminosos. Dios inspiró a diversos autores para que escribieran salmos transformadores para nuestro beneficio. Las enseñanzas de Jesús modelan nuestro carácter para parecernos más a Él. Los escritos de Pablo orientan nuestra mente para una vida santa. El Espíritu Santo nos recuerda la Escritura para que se convierta en un poderoso agente de cambio.

El escritor del Salmo 119 amaba la Palabra de Dios por la influencia transformadora en su vida. Reconocía que lo hacía más sabio y entendido que sus maestros (v. 99) y lo guardaba del mal (v. 101). Con razón, exclamó: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación» y «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca» (vv. 97, 103).

Disfrutemos de las grandes obras de la literatura; en especial, ¡la Palabra de Dios que transforma vidas!

♥ Señor, ayúdame a poner en práctica tu Palabra.

El Espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios para transformar al pueblo de Dios.♥


miércoles, 18 de mayo de 2016

El desafío del creyente


Miércoles 18 Mayo

¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Marcos 8:36

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo... El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:15, 17

☀️El desafío del creyente☀️

El mundo, la sociedad organizada en la cual vivimos, ejerce una presión tan grande y quiere ofrecernos tanto, que corremos el riesgo de pasar nuestra vida corriendo tras las vanidades. Dinero, bienes materiales, ocio, popularidad y cultura no pueden ser el objetivo principal de nuestra vida, pues esos supuestos valores son efímeros.

Seamos conscientes, detengámonos un momento para hacer un balance y hagámonos las verdaderas preguntas: ¿Qué estoy buscando? ¿Cuál es mi proyecto de vida?

Recordemos lo que Cristo dijo: “Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). Lo que amamos, nuestro “tesoro”, nos ata y nos transforma. Si amamos el mundo y sus placeres, quizá todo vaya bien durante algún tiempo. Pero nuestra sed de felicidad no estará verdaderamente satisfecha, y perderemos nuestra vida. Respondamos más bien a la invitación de Dios, vayamos a Jesucristo, quien nos dará una paz, un gozo y una esperanza que traspasan todo, incluso la muerte.

El desafío para nosotros, cristianos, es vivir en el mundo sin dejar que el mundo viva en nosotros. Si buscamos primero el reino de Dios, es decir, la presencia del Señor en toda circunstancia, podremos vivir felices, sin estar ligados por los valores y las prioridades del mundo. Así, nuestra vida en este mundo será realmente benéfica para nosotros y para nuestro entorno, y honrará al Señor.

Devocional la buena semilla

martes, 17 de mayo de 2016

Estres


Martes 17 Mayo


Os rogamos, hermanos... que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos.
1 Tesalonicenses 4:10-11

Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. Entonces él (Jesús) se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.
Marcos 1:30-31

 Estrés 

Esta palabra está de moda. El hombre moderno, por lo menos en las ciudades, vive estresado de la mañana a la noche. Llamados a vivir en un mundo ruidoso y agitado, en medio de las actividades febriles de esta época en que la técnica y las finanzas son reinas, corremos el riesgo de vernos atrapados en el engranaje de una existencia bajo alta presión, gastando nuestra energía en correr de un lado a otro, para terminar perdiendo el sentido del valor de las bendiciones eternas.

Amigos agobiados por las preocupaciones, prueben el remedio que Jesús proponía a sus discípulos estresados. Permanezcan tranquilos, aunque solo sea un momento, para buscar la compañía del Señor, en la cual su espíritu podrá recobrar fuerzas; esto, a menudo, con gran provecho también para su cuerpo. Reserven, regularmente si es posible, un tiempo apacible para la oración y la lectura de la Palabra de Dios.

“Bueno es el Señor a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor” (Lamentaciones de Jeremías 3:25-26). Experimentemos la realidad de esta promesa y pidamos a Dios la serenidad, hecha de confianza, humildad y paciencia, poniendo en Sus manos los problemas que nos agitan y nos superan.
Jesús dijo: “Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Lucas 12:34).

Devocional La buena semilla

domingo, 15 de mayo de 2016

Le pondré en Alto

  "Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre." Salmo 91: 14.

  ¿Me dice el Señor esto a mí? Sí, si he conocido Su nombre. Bendito sea el Señor porque no soy un extraño para Él. Lo he probado, y lo he experimentado, y lo he conocido, y, por tanto, yo en verdad confío en Él. Conozco Su nombre como un Dios que odia el pecado, pues por el poder convincente de Su Espíritu, he aprendido que Él nunca tolerará el mal.

Pero también lo conozco como el Dios que perdona el pecado en Cristo Jesús, pues Él me ha perdonado todas las ofensas. Su nombre es fidelidad, y yo lo sé, pues Él nunca me ha abandonado aunque mis tribulaciones se hayan multiplicado sobre mí.

  Este conocimiento es un don de la gracia, y el Señor lo convierte en la razón por la que Él concede otro don de la gracia, es decir, poner en alto. Esto es gracia sobre gracia.  Observemos que si subimos a lo alto, la posición podría ser peligrosa; pero si el Señor nos pone allí, es segura.

Él nos puede levantar a una gran utilidad, a una experiencia eminente, al éxito en el servicio, al liderazgo entre los obreros, al lugar de un padre entre los pequeñitos. Si no hiciera esto, podría ponernos en alto por medio de una comunión cercana, un claro discernimiento, un santo triunfo , y una agraciada anticipación de la gloria eterna.

Cuando Dios nos pone en alto, Satanás mismo no puede derribarnos. ¡Oh, que este sea nuestro caso a lo largo de todo este día!  

La Chequera del Banco de la Fe. 


viernes, 13 de mayo de 2016

En el huerto de Getsemaní


Viernes 13 Mayo

Llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Mateo 26:36

Comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte.
Mateo 26:37-38

🌷En el huerto de Getsemaní 🌷

Jesús estaba allí, en el huerto de Getsemaní, la víspera de su arresto. En medio de un terrible combate espiritual, oró intensamente, y “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). ¿Fue en ese momento cuando expió nuestros pecados? No, esto tendría lugar en la cruz.

En aquel huerto anticipó lo que serían para él los sufrimientos de la cruz: llevar sobre sí nuestros pecados, ser castigado por Aquel en quien siempre había confiado. Ese sufrimiento extremo, esos clamores y esas lágrimas muestran las profundidades de su alma “muy triste, hasta la muerte”.

En la comunión con Dios, el Señor consideró por anticipado todo lo que iba a sufrir. Como era un hombre perfecto, rechazaba la idea de ser identificado con el pecado, pero eso era necesario para el perdón de los pecados, y esa era la voluntad de Dios. La expiación de nuestros pecados fue efectuada en la cruz, durante las horas de tinieblas. Pero en Getsemaní el Señor aceptó, por sumisión y amor, lo que iba a cumplir en la cruz.

Cuando, por la gracia de Dios, una persona se arrepiente, comprende un poco cuán horroroso es ante Dios su pecado, pero no puede hacer nada para borrarlo.

El Señor, quien no tenía falta alguna, siguió su camino hasta la cruz; sufrió todo el juicio que merecían nuestros pecados.

Ante una justicia así y un amor tan grande, guardamos silencio y adoramos.
Devocional La buena semilla


jueves, 12 de mayo de 2016

Nuestra defensa divina

12 mayo

🌹Nuestra defensa divina 🌹

Jennifer Benson Schuldt

Nehemías 4:7-18
… tomad […] la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:17).

Supervisados por Nehemías, los obreros israelitas reedificaban los muros de Jerusalén. Sin embargo, cuando estaban cerca de la mitad de la obra, se enteraron de que sus enemigos planeaban atacar la ciudad, y la noticia desmoralizó a estos trabajadores ya exhaustos.

Nehemías tenía que hacer algo. Entonces, primero, oró y puso varios guardias en lugares estratégicos. Después, les dio armas a sus trabajadores: «Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban» (Nehemías 4:17-18).

Nosotros, constructores del reino de Dios, necesitamos armarnos contra los ataques de Satanás, nuestro enemigo espiritual. La Palabra de Dios, la espada del Espíritu, nos protege. Memorizarla y meditar en ella nos permite «estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 6:11). Nos recuerda la promesa de que lo que hacemos para Dios durará eternamente (1 Corintios 3:11-15), que hemos sido perdonados por el poder de la sangre de Cristo (Mateo 26:28) y que llevaremos frutos en la medida en que el Señor habite en nosotros (Juan 15:5).

¡La Palabra de Dios es nuestra defensa divina!

Señor, ayúdame a recordar tu Palabra en mis preocupaciones y temores.

La Palabra de Dios es la defensa divina ante los ataques del enemigo.
Juan 1:29-51


miércoles, 11 de mayo de 2016

El resto de nuestra vida

Miércoles 11 Mayo

Para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
1 Pedro 4:2

Todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos.
Efesios 2:3

🌸El resto de nuestra vida🌸

En su poema «Feliz aquel que, como Ulises, hizo un hermoso viaje», Joachim du Bellay (1522-1560) expresa el apego a su tierra natal, ese país a donde el viajero nostálgico puede volver a «vivir con sus padres el resto de su vida». Algunos entre nosotros comparten esta aspiración, en cambio otros la consideran anticuada. Pero ante cada uno de nosotros está ese «resto de la vida terrenal» y la manera en que lo vamos a vivir. ¿Lo haremos para las «codicias de los hombres» o según “la voluntad de Dios”?

El apóstol Pablo dice: “Todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos” (Efesios 2:3). Esta es la manera de vivir de los hombres sin Dios. Cada uno hace lo que le place, de forma más o menos egoísta. Uno vive para sí, y la muerte pone fin a todo esto.

Pero el cristiano está invitado a vivir de otra forma. Mediante el arrepentimiento y la fe en Jesucristo, recibió una vida nueva y tiene aspiraciones de otro tipo. Dios le da la capacidad para discernir y cumplir Su voluntad. Solo el cristiano, identificado con Cristo en su muerte y su resurrección, reconoce que la voluntad de Dios es “buena... agradable y perfecta” (Romanos 12:2). ¿Nos sometemos a ella?
¿Consagraremos a Dios el resto de nuestra vida terrenal?

Devocional La buena semilla


martes, 10 de mayo de 2016

Quien cuida la Higuera...

  Quien cuida la higuera comerá su fruto, y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.
Proverbios 27: 18. 

El que vela por la higuera, recibe higos a cambio de sus preocupaciones, y el que mira por los intereses de un buen señor, recibe honor como recompensa.

Verdaderamente el Señor Jesús es el mejor de todos los señores, y es un honor que se le permita a alguien hacer el más nimio acto por Su causa. Servir a ciertos señores es como velar por manzanos silvestres y comer manzanas amargas como salario; pero servir a mi Señor Jesús es cuidar una higuera que produce los más dulces higos.

Su servicio es en sí mismo un deleite, la continuación de ese servicio es una promoción, y el éxito en ese servicio es la bendición aquí abajo, y la recompensa por ese servicio es la gloria arriba. 

Nuestros más grandes honores serán recogidos en aquel tiempo cuando los higos estén maduros, en el mundo venidero. Los ángeles que son ahora nuestros servidores nos llevarán a casa cuando nuestro día de trabajo hubiere concluido.

El cielo donde está Jesús, será nuestra honorable mansión, la eterna bienaventuranza será nuestra honorable porción, y el propio Señor será nuestro honorable compañero.

¿Quién podría imaginar el pleno significado de esta promesa:"el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra" ? 

Señor, ayúdame a mirar por los intereses de mi Maestro. Haz que deje toda idea de honor para la hora cuando Tú mismo me honrarás.

¡Que Tu Santo Espíritu me convierta en un obrero y un servidor humilde y paciente!  

La Chequera del Banco de la Fe. 


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